Acá en Shenzhen, el tiempo es impredescible y cambia de un momento a otro. Sobre todo en primavera y verano (estaciones que cubren la mayor parte del año). Es muy habitual que salgas de tu casa con un sol radiante, con el cual caen los "patos asados", y cuando llegas a la esquina, ya está todo el cielo cubierto de nubes negras impresionantes y te cae un aguacero que te deja empapada (o)hasta los calzones (literalmente).
¿Por qué cuento esto? Porque de alguna manera, el clima te prepara para lo que uno vive desde el primer día que pones un pie en este país. "Cambia todo cambia", sin aviso, ni advertencia ni nada, así no más, de un momento para otro.
Así, donde antes había un restaurante, al otro día hay una farmacia. Las tiendas cambian de dueños a cada rato, los comerciantes te venden a diferentes precios según le caíste bien o no (no hablaré del regateo, que eso da para otro blog), te plantan una muralla en el camino y otro día colocan un árbol y bueno ...hasta las leyes cambian a menudo sin aviso o bien existen pero nadie las pesca y de repente te puede caer la policía y exigirte papeles que nunca te enteraste que debías tener.
Un ejemplo, en Shenzhen están prohibidas las motos de todo tipo y para todos. Una norma imposible de entender porque la ciudad está llena de motos, hay una infraestructura apropiada para andar en ellas, hay tiendas que las venden por todas partes y talleres para arreglarlas y hacerles mantención también. Los policías andan en moto, hay taxi-moto, los repartidores andan en moto, las mujeres, los jóvenes, los chinos, los extranjeros, TODOS, andan y tienen motos. Pero cada cierto tiempo, a las autoridades les baja una orden central de fiscalizar y empiezan a confiscar todas las motos que encuentran en las calles. Increíble pero cierto. Y ahí, todos los anteriores andan escondiendo las motos y arrancando de la policía. Lo loco es que todos saben que están prohibidas las motos y todos saben también que de repente las confiscan y todos lo aceptan y son felices.
"China es como el tiempo ...nunca sabes con lo que te vas a encontrar", me dice una amiga colombiana y tiene toda la razón.