domingo, 11 de marzo de 2012

El Hoyo


Una de las cosas más desconcertantes para los occidentales que visitan China son los baños. Cuando se sale del hotel y se debe ir a una fábrica, a un restaurant auténticamente chino, un mall, el tren u otro lugar público y la naturaleza llama, la verdad es mejor que no lo hubiese hecho. Esto no lo digo por un tema de higiene, al igual que en Chile hay baños públicos más limpios y más sucios, sino porque el sistema en cuestión es desconcertante, simplemente nos encontramos con un hoyo. Si alguién es delicado de leer ciertos temas levemente escatológicos por favor no siga con este post.

En un sitio elegante se puede encontrar un hoyo recubierto en mármol o en cerámica fina con cadena de plata, y en una fábrica de una zona industrial pobre con otro simple de PVC  con una manguera para limpiar "aquello". Pero sigue siendo un hoyo, mal que mal, y hay que ponerse creativo ahí frente a él. ¿Cómo usarlo? El orificio en cuestión nos marca la pauta en su diseño industrial; hay dos pies marcados en los costados, y nada para afirmar las manos lo que nos indican que los chinos hacen todo en cuclillas, un reto tan desafiante como comer con palitos chinos. Para los hombres, dependiendo del afán puede ser un simple acto de puntería a largo rango, aprovechando que estamos en un país tan tecnológico no puedo evitar pensar cada vez que uso uno que sería buena idea que pusieran un tablero digital en cada letrina que marcara nuestro puntaje de acierto. Pero en el caso de las mujeres creo que la cosa es harto más complicada.

Al parecer el tema baños para los chinos es algo muy sin complicaciones. He visto en el sector donde vivo que es bastante "cuico" e incluso afuera de concurridos y reputados centros comerciales de Shenzhen cómo, si a un niño le dan ganas de "hacer pipi", no importa cuándo ni dónde, les bajan los pantalones y métale regando arbolitos, calles o incluso el centro de una plaza peatonal, y el charco pues que quede ahí en medio y que lo pisen y vean  todos. A las niñas pequeñas, les suben el vestido las levantan patas arriba y a orinar se ha dicho, cero rollo. Pero el sumun de lo freak lo vi en el vagón del metro, a una niñita de unos tres años le dieron ganas de hacer "sólido", un occidental tendría a su hijo con la cara roja haciéndolo esperar la próxima parada y corriendo como loco hasta el baño más cercano o, por último, que se haga y pasar la vergüenza del olor. Más acá,  todo se resolvió rápido y con eficiencia. 1- Vestido para arriba calzón para abajo 2-Niña a poto pelado. 3- Bolsa supermercado en el poto. 4- La obra de arte en cuestión. 4- Pañuelo padre limpin poto 5- Pañuelo a la bolsa. 6- Subida calzón y vestido. Y acá no ha pasado nada. Tiempo cronometrado ni un minuto. Notable.

En fin y retomando, si van a China les recomiendo antes de salir siempre pero siempre vayan al baño especialmente las mujeres.

PD: Adjunto fotos del hoyo de un buen restaurant de Shenzhen y el de la fábrica de un buen amigo chino.



3 comentarios:

  1. Nunca olvidaré la cara de asco de mi pobre hijo Vicente que tuvo a mal ir al baño en un restaurante de barrio típico al que mi padre nos había llevado feliz y entretenido en Beijing. El pobre volvió desencajado, porque ni siquiera pudo lavarse las manos. No había nada limpio que tocar. Es un tema ese de lo baños. Otra experiencia la tuvimos con mi hija Amanda en Harbin. Como si fuesen pocos los 40 grados que hay durante el carnaval de invierno (que es una MARAVILLA), imagínense el horror cuando me dice: mamá ya no aguanto más tengo que hacer pipí. Había que hacer en hoyo químico. Horror doble. Bajarse el pantalón del traje de nieve, bajarse las patas de polar, bajarse la panty de lana, bajarse el calzon largo de algodón. Luego, intentar achuntarle al hoyo, yo tratando de afirmarla y las dos a medio perder el equilibrio, y hacían como 30 grados bajo cero de frío dentro del "baño" y estábamos congeladas, paralizadas. Así es que en cuanto le puse nuevamente la ropa, el pipí se sintió como en casa y salió. Amanda lloraba, odiando China cada día más y recordará hasta el día de hoy: lo mejor del viaje a China fueron los 3 días que pasamos al regreso por Roma, rumbo a Chile.

    ResponderEliminar
  2. jajaja... yo no he estado nunca en China pero por mi trabajo, hacemos muchos intercambios culturales con alumnos de Beijing y realmente ellos se quedan alucinados con nuestros baños. Cuando llegan , a más de alguno que no está familiarizado con la cultura occidental, hay que darle un breve cursillo de cómo usar nuestros lavabos... en fin... es lo rico que tiene las diferencias culturales ... y me encanta!

    ResponderEliminar