viernes, 13 de julio de 2012

Zapatito, Zapatón

Días atrás, mi gran amiga Vesna, producto de un trabajo de la universidad, nos invitó a toda su red de amigos a reflexionar en torno a los zapatos y el significado que representan para cada uno. Me tocó leer un variopinto de testimonios hilarantes, breves, súper interesantes y hasta poéticos. Imbuida en el desafío y dada mi actual condición de chilena expatriada en China, agradezco a mi amiga el ejercicio y aquí comparto lo que salió:

Una de las cosas que de inmediato llaman la atención de este país es el tema de los zapatos. Primero, porque cuando llegas a un hogar o lugar oriental, debes sacarte los zapatos (o colocarte unas pantuflas o bien unas especies de fundas cubre-zapatos que están disponibles en las entradas) para entrar descalzo a ese espacio íntimo (familiar) de quien te deja compartir su espacio. Lo interesante es que al principio, uno lo ve como una excentricidad de este país, una brecha cultural, sin embargo es una de las primeras costumbres chinas que los expatriados adoptamos al empezar a vivir acá. El origen de esta tradición lo desconozco, sin embargo ya estoy tan acostumbrada, que se me hace absolutamente necesario liberar mis pies apenas llego de la calle a mi casa o a la de mis amigos. Me siento cómoda, libre, tranquila y saludable andando a "pata pelada" en estos espacios...

En una segunda mirada, como mujer te llaman la atención los zapatos de las chinas sobre todo, pues son altísimos, con plataformas, de miles de colores, brillos, tachas, printers y estilosos. La mujer china es bajita, incluso más que el promedio de nuestro país, pero sea cual sea su condición social, las chicas (en especial, las jóvenes) se encaraman en su tacones que a mí me parecen enormes y vamos caminando, dignas y regias por la vida con la nariz parada y unas coquetas minifaldas o polleras de velos que les encanta. No sé cómo lo hacen, pues claramente andar con ese tipo de tacones debe ser todo un "arte chino". Pero, si no van de tacones, van con su clásicos zapatitos bajos (como de bailarina de ballet similares a esos modelos negros que conocíamos hace algunos años como "chinitas") pero no por ello exentos de colores, printers, brillos, tachas y estilos de los que ya hablamos.

Además, es interesante el contraste entre estas chinas modernas encaramadas en "agujas" y "plataformas" de 20 cms y el suplicio que debían padecer sus antepasadas hasta hace menos de un siglo atrás, cuando el pie pequeño en la mujer era sinónimo de delicadeza, elegancia y femeinidad, por lo que las madres apenas nacían sus hijas les vendaban los pies para que no crecieran y los amarraban y "calzaban" en los tristemente célebres "zapatos chinos" que deformaron tantos pies femeninos, provocando fracturas, huesos rotos, infecciones y un sin número de afecciones de las pobres chinas para ser socialmente aceptadas en su comunidad, y "bien vistas" por los posibles pretendientes, prometidos o maridos que sus familias buscaban para ellas.

En lo personal, siempre me han gustado los zapatos cómodos, de buena calidad, de cuero, que me duren una eternidad y que sean diferentes, sencillos pero especiales. Lo curioso es que tengo muy pocos pares de zapatos y acá en China como me movilizo todo el tiempo en bici, metro y caminando, no me desprendo de mis zapatillas de "running" y mis crocs. Sin embargo, como dice una amiga colombiana que vive hace cinco años acá, nada más glamoroso y femenino que plantarse de repente un par de tacones hermosos y elegantes para verse "divinas" y sacar esa "china que todas llevamos dentro".


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