Ayer caminábamos con el Ale por una avenida de Shenzhen como a las 22:00 cuando de pronto se nos cruzaron una familia Padre, esposa e hijo en pijamas. Y no es que fuera ese tipo de pijamas que uno confunde con ropa medio deportiva tipo short o buzo, estos eran de esos medio afraneado y con estampado en que se repite la figurita por cientos tipo papel de regalo. El del niño era de trencito, la madre florcita y el padre no se que pero imaginemonos de pipa. Además todos iban con zapatillas de levantarse lo que los hacía caminar efectivamente como gente de a pijamas o sea como medio camara lenta y pisando huevos, y con el sonido chang y chang de las chancletas sonando. Les faltaba llevar el gorrito de pompon y la vela.
Esto es medio común en China. Tanto en las noches como en las mañanas se ve gente llendo a comprar sus cosas de desayuno, el diario, paseando al perro -como en la foto- o a tomar un poco de aire en su tenida para dormir o en bata. Desafortunadamente el tema no es nada de glamoroso ni atractivo como para que las chinitas se paseen en babydoll.
Cerca de los centros de salud la cosa es más curiosa aún. En los hospitales chinos por no se por que misteriosa razón no le dan comida a los pacientes, entonces los familiares les llevan ellos su propia comida o hasta los mismos convaleciente parten con sus pilchas hospitalarias y a veces hasta con el carrito del suero al restaurant más cercano o a cualquier almacen a adquirir su alimento. Esto es bien impresionante porque uno se pregunta que pasa en China con los nutricionistas y toda esa sofisticación médico-alimentaria que uno ve en nuestros paises. Incluso en los mcdonals puede aparecer un recien operado, amputado, dialisado o lo que sea pidiendo su combo o cajita feliz.
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