domingo, 23 de junio de 2013

Vivir y Trabajar en China


Fue muy común cuando nos veníamos a vivir a China que en nuestro entorno: amigos, familia y conocidos nos hicieran dos comentarios que podríamos estandarizar así:

1- Como se les ocurre esa locura (Mirando con cara de asco) o en positivo,  que valientes que son!!!.

2- Seguro que les irá súper bien capaz que se hagan millonarios.

 Después de estar viviendo más de un año y medio en este país tenemos la visión que la realidad es sumamente diferente.

Si bien partir de la tierra en que se nació y establecerse al otro lado del mundo con niños y hasta perros no es para nada un tema menor ni mucho menos creo que China debe ser de los lugares del mundo que acogen mejor y con mayor facilidad a los extranjeros.

 Los chinos son gente bastante amable que aun ven a los foráneos con cierta admiración y ganas de aprender de ellos. Normalmente si te pierdes o tienes un problema la gente en la calle te ayuda, trata de entenderte y a pesar de la barrera comunicacional la buena voluntad se suele imponer. Establecer amistad es más difícil porque el gap cultural es fuerte. Pero no es un ambiente en que te segreguen a sentirte ajeno.

El país es uno de los más seguros del mundo, esto no es un tema represivo como se pueda creer, es una característica de la mayoría de los países orientales en que influyen complejos factores culturales. Los robos son pocos, la gente es honesta, puedes salir y dejar tu departamento sin llave o pasear por la noche hasta muy tarde por callejones oscuros con total tranquilidad.

El transporte que a mi juicio es como la llave maestra para adaptarte a un país es de primerísimo mundo superior a lo que he visto en Europa. El metro es perfecto y eficiente, los buses, ferries, trenes, taxis, aeropuertos etc son modernos y fantásticos, además en general la información es en chino e inglés y por si fuera poco todo muy barato.

El idioma no es una gran barrera el país avanza muy fuerte en su educación a ser bilingüe. Y aunque la meta está lejana sueles encontrar a alguien en un supermercado, tienda o la calle que te ayude en inglés. Muchos servicios como bancos, hospitales y ciertas tiendas tienen personal especial que se puede comunicar con los extranjeros.  Conocemos a muchos que han vivido años en China, trabajando tranquilos sin saber casi nada del idioma local

Visas, escuelas, hoteles, conectividad, servicios, infraestructura, comida para extraterrestres -extranjeros como nosotros- todo es posible con paciencia y al cabo de un tiempo ganando experiencia. La salud pública es muy barata, aceptable e inclusiva para los “Laowai”.

Puedo adelantar a equivocarme pero creo que China acoge mucho mejor al extranjero que países mucho más familiares y cercanos para nosotros como Estados Unidos, Canadá o España por nombrar algunos. Además, la visión que en este país la gente sigue funcionando como en la época de Mao, viviendo de un plato de arroz y que es imposible entender nada sin saberse los cientos de caracteres chinos es de falsedad total especialmente en las ultra modernas grandes ciudades. China ya no es una gran villa rural es más bien un espacio futurista lleno de rascacielos.

Por supuesto que hay cosas negativas. La contaminación de las grandes ciudades, la restricción y censura de internet, la cada vez más kitch y ostentosa actitud de los "nuevos ricos", el que aun sea un país muy pobre especialmente en los barrios obreros y ciertos usos sociales de la gente mayor sobre todo como empujar, escupir o no estar bien aseados, entre otras cosas puede hacer arrancar a muchos.

Respecto a hacernos millonarios.... bueno recibimos sugerencias.

La verdad es que acá es como todo en la vida. Hay que trabajar muy duro para conseguir algo. Chile, China y Júpiter es lo mismo, descrestarse y tener muuuuucha paciencia y saber construir paso a paso y sin ansiedad te lleva a ir obteniendo logros. Pero que quedé claro China no es para "hacerse la América" o "la China" en este caso.

Del grupo de nuestros amigos latinos, más varios extranjeros que llevan mucho tiempo por acá podemos decir con propiedad que unos viven económicamente mejores que otros pero nadie ha hecho gran fortuna. En esto sin duda influye que el costo de la vida es muy alto sobre todo para un occidental.

Otro punto sumamente relevante es que hacer negocios en China es muy complejo. Lleno de códigos, vericuetos y riesgos. Toma tiempo agarrarle la mano y entender como toda esta locura funciona. Y eso estamos hablando mirando hacia la exportación al exterior, o sea de China hacia afuera.

 China hacia dentro que es el gran sueño de vender dentro del mercado de los 1400 millones es un quebradero de cabeza de tamaño mayúsculo. Quienes saben, extranjeros que manejan empresas en este país dicen que es el mercado más complicado del mundo.

Extremadamente competitivo y muy manoseado por los intermediarios. Acá no se vende un alfiler sin que todo el mundo saque una tajada. El producto su calidad y precio no es lo relevante lo importante es conocer a la persona adecuada, a sus amigos y contactos en una súper gigante red de amigos, favores, fiestas y regalos. Un comprador de una cadena de lo que sea en China es un tipo con mucho poder y que pide “fiesta, Parranda y billete” por ello.

Así que en resumen China es un sitio más bien amigable para vivir aunque no aceptable para todos,  pero si alguien quiere venir a hacer negocios que se ponga el overol y cultive la paciencia ya que es un camino complejo.

lunes, 10 de junio de 2013

Estresado por el Taichi en Chile y China Parte II

Una vida equilibrada espiritual, emocional y laboralmente ayuda a tener una existencia armoniosa, combatir el estrés y tomarse las cosas con calma. Esa fue mi súper cliché conclusión al salir de la tina que es algo así como mi templo de las reflexiones y los análisis. Varias de mis más importantes decisiones vitales las he tomado en conjunto con Manfred, mi patito de hule.

Este tiempo en China h...a sido de gran presión y estrés y necesitaba una actividad que me sacara del trabajo y las preocupaciones. Le pedí ayuda a mi gran amigo Gonzalo López Pardo en Chile que es maestro de yoga, el me recomendó su disciplina pero en China no hay Yoga meditativo sinó más bien gimnástico que no me gusta. Y así, sin aprender que la historia es para no repetir los errores del pasado, me inscribí en taichí .

 El grupo es liderado por una profesora delgadita y pequeña muy exigente y unos siete a diez chinos. Todos se juntan al borde de un lindo parque que hay acá abajo de mi condominio.
El ejercicio comienza con el calentamiento que consiste en ir siguiendo a la maestra en el movimiento de cada una de las partes del cuerpo en forma circular. Al final se hace una elongación tocándose parado la punta de los pies y luego inclinándose en el suelo con las piernas totalmente estiradas y abiertas para un lado y para otro. Todo esto último un imposible total para mí que desde que era bebé y me chupaba mi pie nunca más he logrado estirarme con flexibilidad. Esto que para mis compañeros orientales es solo una previa a mí me deja duchado de sudor, agarrotado y extenuado.
 A continuación vienen unos movimientos básicos del taichí en coordinación con movimientos de piernas y brazos hacia derecha e izquierda que más o menos logré captar como a la cuarta clase.
El momento crucial es cuando la Laoshi (profesora) pone una música china zen con su parlante portátil muy kitsch de figura de auto que se le iluminan sus foquitos de colores y mis compañeros se ponen a hacer los ochenta y seis set de movimientos que incluye la disciplina. Un baile portentoso, a ritmo lento, con giros, llaves, saltos, contorsiones, etc. Todos en perfecta coordinación con su propio cuerpo y entre el grupo mismo. Les pones trajes tradicionales del país y perfectamente puedes creer que se trata del ballet nacional de China, son secos. La primera clase le pregunté a la profesora que balbucea inglés cuanto tiempo toma lograr todos estos movimientos esperando que me respondiera algo así como diez años o toda una vida de trabajo. Me respondió "solo tres meses". Efectivamente, mis gráciles compañeros muchos de ellos sólo llevan un tiempo en clases, otros, un par de años. Ahí se me hizo un cortocircuito, para mí sólo hacer uno de esos movimientos puede tardarme los tres meses y el total tres generaciones o lo que dure la raza humana en la Tierra.

Mientras los chinos hacían su rutina de movimientos que dura como treinta minutos la profesora me ponía en una posición con las piernas medio flectadas, mirando al horizonte con los brazos hacia adelante y los pulgares hacia arriba, tal como se ve en la foto que adjunté arriba. Como los guardias ingleses del palacio de Buckingham casi sin pestañar en "situación de momia es". Siendo una posición habitual del taichí es como estar castigado con el gorro de burro.

Luego, la clase continua con una sesión de elongación que consiste en acercarse a un muro y suspender en 75 grados cada pierna apoyándola en la pared y quedarse así unos diez minutos por cada una. Otra tortura china que mientras la hago requiero concentración total, mientras sudo y tiemblo como jalea y que para mis amarillos compañeros es como un minuto social para conversar hablar de la vida y los dumplings con sus extremidades extendidas.

Ya llevo cumplidas doce clases y he llegado a la conclusión que con Manfred tomamos una mala decisión. La profesora ya perdió toda la paciencia conmigo. No puede creer que a duras penas he aprendido y mal, uno de los 86 set de ejercicios . Se para al frente mío y trata de que siga sus movimientos de brazos y siempre me enredo y los hago al revés por el efecto espejo de tenerla al frente y por ser negadísimo para estas cosas. Se desespera que mis piernas no se muevan de manera armónica con mis brazos y muchas veces se agacha y me las mueve ella como si yo fuera una marioneta y tratando de comprobar si son de palo y si los extraterrestres de Chile tenemos articulaciones.

Claramente la tengo desconcertada y le habla a mis compañeros en chino repitiendo la palabra Laowai (extranjero) tomándose el pelo, agarrándose la cabeza y con cara de desesperación. La logré sacar de su punto zen, le tengo hinchado el yin y el yang.

Igual trata de ser amable, me pasó un libro y un video para que estudie tres horas diarias taichí. Yo le explico que no lo haré porque este espacio es para relajarme y distraerme no para estudiar y estresarme. Para eso está el trabajo. Y trata de entenderme. Pero va contra la naturaleza de ellos. Como ya he explicado para los chinos no hay actividad sin rigor, estudio y dedicación. Relajarse es un concepto para los extranjeros.

En conclusión estoy esperando que se me cumplan los plazos y luego a buscar otra cosa. ¿Serviré para el circo chino?