Definitivamente los chinos con esto de que se comen cualquier cosa que se mueva, serpientes, perros, cocodrilos, caballitos de mar y una interminable lista más digna de un zoológico que de un restaurante, sumado a esa costumbre tipo revolución francesa de exhibir la cabeza de los animales que ponen en los platos, son algo así como los campeones olímpicos del alimento "curioso" y muchas veces para nosotros - los laowei - insufrible.
Por otro lado, quienes me conocen saben que hay poca gente en el mundo más infinitamente mañosa para la comida que yo. No como pollo, pescado, cerdo y otro lote de cosas. Más aun lo poco que ingiero en carnes -básicamente carnes rojas- debe no tener ningún vestigio animal, como mucha grasa o nervio, es como que me quiero imaginar que el bistec o las salchichas fueron más bien cultivados y cosechados desde un árbol bistequero o salchichero que producto del asesinato de una vaca.
Hace unas semanas era el cumpleaños de Rodriguito, el hijo de nuestros amigos mexicanos Ángeles y Rodrigo. Como es habitual su comida estaba re deliciosa, y tenían como plato fuerte unos increíbles tacos de carne. Alrededor de la mesa ricos aderezos: guacamole, pebre o pico de gallo -si fuera chino sería literal- varias salsas picantitas, todo de lujo.
Ahí, Rodrigo padre nos dijo que probáramos su salsa verde, que era una salsa especial traída de México, que era muy exclusiva, que le había costado mucho conseguirla. Y pasaba por la mesa una y otra vez alentando su salsa con mucha insistencia. Además, dijo que era picante y yo amo la comida bien picosa.
Pues bien, seguí a Rodrigo, me hice un par de tacos cargadísimo a la salsa verde. Lo chupetié de gusto.
-¿Te gusta Johny?
- Me encantó, está deliciosa - Respondí y era verdad.
Luego innové, me puse por sobre el resto, como aún quedaba salsa me serví un contundente plato de ensalada con harta y picante salsa verde y me lo devoré.
-¿..y de verdad esta rico Johny?
- ¡Maravilloso Rodrigo!!
- Qué bueno porque es muy costosa y especial.
Y bien, se acabó el cumpleaños y ahí quedó todo.
A la semana siguiente nos tocó a nosotros invitarlos. Hice un asado chileno que anduvo más o menos no más. Ni comparar con los tacos mexicanos y la famosa y referida salsa verde.
Y ahí Rodrigo en medio del almuerzo se confesó.
- ¿Se acuerdan de mi salsa verde de los tacos, ésa que les gustó? ¿Saben de qué era?
- Perejil, tomate, cebolla - Dije.
- Ah si pues, pero básicamente de gusanos. ¿No te fijaste? Son unos gusanos muy ricos, especiales y...
Le faltó decir que los señores gusanos eran muy distinguidos, cultos y que tenían pasaporte comunitario. ¡Eran GUSANOS, largos y feos!!!
Luego, nos mostró la foto de ellos que acá adjunto, gusanos re gusanos, pues.
Y la gozó toda Rodrigo con cara de malicia y orgullo. Más aún, cuando supo que yo casi como puros plásticos como robot.
Sólo puedo decir hoy que para comer curiosidades si los chinos son medalla de oro, ahora para mí, los mexicanos son, plata. Eso sí las cosas les quedan ricas... Incluso los gusanos.
Me río tanto con tus historias... qué mi señora me dijo... " te ríes y ni me cuentas..."
ResponderEliminarGenial Johny, y tu señora también escribe muy bien.
Rodrigo